miércoles, 21 de enero de 2009

Desarrollando los talentos.


Cada persona, por muy humilde que parezca, tiene dones y talentos con los que puede contribuir al desarrollo de su familia, vecindario, ciudad o país.

A veces, despreciamos a la gente por su apariencia personal y no las creemos capaces de lograr grandes cosas. Decimos: "Nunca lo logrará" porque es demasiado esto o muy poco aquello. Cuestiones como condición social, grado de escolaridad, apariencia física o muchas cosas más, que sentimos que nos limitan y que no avanzaremos más allá de lo que las normas de la sociedad establecen.

Sin embargo, cada uno posee un liderazgo latente en sus corazones, a la espera de una oportunidad de florecer. Poseemos conocimientos, experiencia, talentos, dones, habilidades, destrezas que nuestro Dios nos otorgó para que cumplamos su voluntad, de ayudar a otros y a la vez, alcanzar nuestra realización personal en todas las áreas.

¿Cómo saber para qué somos buenos? ¡Intentándolo!. No importa cuántas veces te equivoques, siempre habrá una oportunidad de hacer mejor las cosas.

No te des por vencido, inténtalo una y otra vez hasta que las metas que un día soñaste se conviertan en una tangible realidad.