viernes, 20 de febrero de 2015

Mil motivos para agradecer al Señor.

"Bendice, alma mía a Jehová y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios". Salmos 103:1-2.
 
A escasos tres días de finalizar las vacaciones, quiero expresar mi gratitud hacia el Señor Jesucristo, mi Salvador y sanador, por todos los beneficios que me ha proporcionado a todo lo largo del año 2014 y los meses que van del 2015:
 
- La bendición de conocer a Jesús como único y suficiente salvador de mi alma y de congregarme en una iglesia doctrinalmente sana. En un mundo en el que se utilizan los medios de comunicación para publicar toda clase de doctrinas de error que confunden y producen incredulidad en la gente;  es un privilegio que el Espíritu Santo haya abierto mi mente y corazón al evangelio de Cristo. "No depende del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia". Romanos 9:16.
 
- El embarazo de mi primer hijo, el cual será sano física, mental y espiritualmente, porque fiel es el Señor que me ha concedido esta bendición. Según análisis preliminares, el bebé se está desarrollando con toda normalidad y sé que Dios me concederá un parto saludable y sin complicaciones. Salmos 139:16.
 
- El privilegio de tener un trabajo fijo, después de muchos años intentando alcanzar la estabilidad laboral. Verdaderamente, Dios es soberano y tiene control sobre los tiempos y circunstancias. A Dios sea la gloria por este cuarto año de permanencia en el Ministerio de Educación. Hechos 1:7, Deuteronomio 8:18.
 
- La vida y la salud de mis seres queridos, esposo, mamá, abuela y hermanos. Hechos 16:31.
 
- Todos los sinsabores, problemas, pruebas y tribulaciones, los cuales moldean mi carácter para que se parezca más al de Jesucristo. Aparte de que me ayudan a poner mi mirada en un Dios infalible, en vez de en seres humanos sujetos a debilidades, los cuales no pueden ni quieren ayudarme en todas las circunstancias adversas de mi vida;  ni son capaces de comprender mis luchas y preocupaciones.
 
- También, quiero agradecer de antemano por las victorias que me aguardan a lo largo de este 2015. Veré la mano del Señor moverse a mi favor y a favor de la iglesia, cumpliendo sus propósitos en nosotros, librándonos de todo mal y abriendo los cielos sobre nosotros, haciéndonos abundar más y más, glorificándose en cada uno de nosotros. Veré montañas moverse para que el favor de Dios fluya en nuestras vidas y sentiré valor para asumir nuevos retos a los que el Señor me llame.
 
En conclusión: la voluntad del Señor es que le demos gracias por todo y que pongamos nuestros ojos en Jesús, autor y consumador de la fe. Solamente en él hay salvación y refrigerio para nuestras almas, y victoria en un mundo de incertidumbre.