martes, 19 de enero de 2010

Las delicias del mar, a tu alcance.

Hace dos semanas, estuve de paseo por la playa y aunque mi piel sigue del mismo color (por el montón de bloqueador solar que utilicé) la verdad, es que me relajé al máximo, realmente, necesitaba cambiar de ambiente.

Supe que el primero de enero la playa de Las Lajas, en el Distrito de San Félix, estuvo llena a más no poder - lo mismo que la mayoría de las playas en todo el país, todos los años.

La gente vuelve renovada, alegre, con quemaduras en su piel por la exposición al sol, con un poquito menos de dinero de lo usual (y algunas, completamente ebrias). Y así ocurre todos los años.

Más allá de gastar plata o de comer pescado con limón, ¿qué es lo que impulsa a tantos panameños a visitar la playa, acompañados o no de sus familiares?. Será la sensación de libertad que brinda el mar. Será el azul intenso del cielo. Será las supuestas propiedades curativas de las sales y el calor del sol. Será recoger conchitas y caracolitos... o simplemente, como te mencioné al principio, cambiar de ambiente.

Pero, sin importar el motivo que nos impulse año tras año a visitar la playa durante la temporada seca, lo cierto es que debemos ser celosos del cuidado de nuestros recursos hídricos. Nada de arrojar basura, verter aguas negras, asesinar o maltratar los animales marinos ni de extraer arena indiscriminadamente de las playas. De lo contrario, las generaciones futuras no podrán disfrutar de aquello que a nosotros sí se nos dio el privilegio.