domingo, 8 de junio de 2008

Las Manzanas

Ojalá nosotros no seamos así y si lo somos, recapacitemos...

Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas. Un pequeño niño lo amaba mucho y todos los días jugaba alrededor de él. Trepaba al árbol. Hasta el tope comía sus manzanas y tomaba una siesta bajo su sombra. El amaba al árbol y el árbol amaba al niño.

Pasó el tiempo y el pequeño niño creció y nunca más volvió a jugar alrededor del enorme árbol. Un día el muchacho regresó al árbol y escuchó que el árbol le dijo triste: "Vienes a jugar conmigo?". Pero el muchacho contestó "Ya no soy niño de antes que juega alrededor de enormes árboles, lo que ahora quiero son juguetes y necesito dinero para comprarlos”. "Lo siento”, dijo el árbol, “no tengo dinero... pero te sugiero que tomes todas mis manzanas y las vendas, de esta manera tú obtendrás el dinero para tus juguetes”. El muchacho se sintió muy feliz, tomó todas las manzanas y obtuvo el dinero y el árbol volvió a ser feliz. Pero el muchacho nunca volvió después de obtener el dinero y el árbol volvió a estar triste.

Tiempo después, el muchacho regresó y el árbol se puso feliz y le preguntó: "Vienes a jugar conmigo?". "No tengo tiempo para jugar, debo de trabajar para mi familia, necesito una casa para compartir con mi esposa e hijos, puedes ayudarme?" “Lo siento, pero no tengo una casa, pero... tú puedes cortar mis ramas y construir tu casa". El joven cortó todas las ramas del árbol y esto hizo feliz nuevamente al árbol, pero el joven nunca más volvió desde esa vez y el árbol volvió a estar triste y solitario.

Cierto día de un cálido verano, el hombre regresó y el árbol estaba encantado. "Vienes a jugar conmigo?” volvió a preguntar el árbol. El hombre contestó: "Estoy triste y volviéndome viejo, quiero un bote para navegar y descansar, puedes darme uno?”. El árbol contestó: "Usa mi tronco para que puedas construir uno y así puedas navegar y ser feliz". El hombre cortó el tronco y construyó su bote, luego se fue a navegar por un largo tiempo.

Finalmente regresó después de muchos años y el árbol le dijo, "lo siento mucho, pero ya no tenga nada que darte ni siquiera manzanas". El hombre replicó: “no tengo dientes para morder, ni fuerza para escalar, por ahora ya estoy viejo”. Entonces el árbol con lágrimas en sus ojos le dijo: "realmente no puedo darte nada... la única cosa que me queda son mis raíces muertas” y el hombre contestó: “Yo no necesito mucho ahora, solo un lugar para descansar, estoy tan cansado después de tantos años”. "Bueno, las viejas raíces de un árbol, son el mejor lugar para recostarse y descansar, ven siéntate conmigo y descansa”. El hombre se sentó junto al árbol y este feliz y contento sonrió con lágrimas...

Esta es la historia de cada uno de nosotros, el árbol son nuestros padres, cuando somos niños, los amamos y jugamos con papá y mamá, cuando crecemos los dejamos... solo regresamos a ellos cuando los necesitamos o estamos en problemas, no importa lo que sea, ellos siempre están allí para darnos todo lo que puedan y hacernos felices. Tú puedes pensar que el muchacho es cruel contra el árbol, pero es así como nosotros tratamos a nuestros padres... Por favor envía este mensaje a tus amigos y siempre ama a tus padres.