jueves, 4 de septiembre de 2008

SECTOR PECUARIO Y CALENTAMIENTO GLOBAL

Por: Marcelo Galli (Abogado)
En noviembre del 2006, las Naciones Unidas a través de la FAO comisionó la elaboración de un informe acerca del impacto de la ganadería mundial en el ambiente, con el objetivo de “ayudar a llamar la atención de tanto la comunidad técnica como del público en general acerca de la muy sustancial contribución de la agricultura animal al cambio climático y contaminación de aire, a la degradación de suelos y de aguas, así como a la reducción de la biodiversidad”. Se formó una comisión denominada Iniciativa de Ganadería, Ambiente y Desarrollo (LEAD por sus siglas en inglés), una comisión multi-sectorial coordinada por la división de Producción y Salud Animal de la FAO. La razón fundamental siendo el aumento de la demanda mundial de productos de origen animal, así como el incremento de la presión en los recursos naturales por parte de este sector.

El beneficio de un estudio como este es substancial, ya que provee el marco para determinar qué tan importante es el rol del sector pecuario en el cambio climático a nivel global. Esto ayudaría a los gobiernos del mundo en la toma de decisiones necesarias y acciones a todo nivel, de local a global, de privado a público, de individual a corporativo, y de no-gubernamental a intergubernamen-tal. El informe, llamado “Livestock’s Long Shadow” indica que “se requiere acción: si, como se pronostica, la producción de carne se va a duplicar de aquí al año 2050, necesitamos reducir a la mitad el impacto por unidad meramente para que se mantenga el status quo en el impacto actual.”

El sector de la agricultura animal emerge como uno de los primeros dos o tres contribuyentes más importantes a los problemas ambientales más serios, tanto a escala local como global. Su contribución es a escala tan masiva que se proyecta como un problema que debe solucionarse con urgencia, indica el informe.

IMPORTANCIA GLOBAL
La creciente población y aumento de ingresos, así como el cambio en las preferencias alimentarias, están aumentando rápidamente la demanda de productos de la agricultura animal, y a su vez la globalización fomenta el intercambio comercial de estos productos. La producción global de carne está proyectada a más que duplicarse de 229 millones de toneladas en 1999/01 a 465 millones de toneladas en el 2050, y la de la leche de 580 millones de toneladas a 1043 millones de toneladas. El impacto por unidad se debe reducir a la mitad solamente para impedir que aumente el daño ambiental más allá del presente nivel.

CAMBIOS ESTRUCTURALES Y SU IMPACTO
La agricultura animal se encuentra en un complejo proceso de cambio tanto técnico como geográfico, lo cual produce cambios importantes en cuanto a los problemas ambientales que causa el sector. La agricultura extensiva todavía ocupa y degrada grandes extensiones de tierra; pero surge la tendencia hacia la intensificación y la industrialización. A su vez se ha variado las proporciones de las especies, con la producción de especies monogástricas (porcina y avícola, en su mayoría producidos en unidades industriales) creciendo rápidamente, mientras que el crecimiento de especies rumiantes (ganado, ovejas y cabras, comúnmente criados extensivamente) creciendo más lentamente. A través de estos cambios, la agricultura animal entra en una competencia más directa por la escasa tierra, agua y otros recursos naturales. Los citados cambios impulsan hacia la eficiencia, pero además de marginalizar al pequeño agricultor, aumenta la cantidad de desechos y a su vez se concentra la contaminación creada.

DEGRADACIÓN DE SUELOS
La agricultura animal es por mucho el usuario antropogénico más grande del planeta. El área total utilizada para el pastoreo es equivalente al 26% de la superficie terrestre libre de hielo. Además, el área total dedicada a siembra de cultivos destinados a alimentación animal asciende a 33% de toda la tierra arable. En total, la agricultura animal utiliza el 70% de toda la tierra agrícola y el 30% de toda la superficie del planeta.

La expansión de la ganadería es un factor clave en la deforestación, especialmente en América Latina, donde la mayor cantidad de deforestación está ocurriendo: 70% de tierras que fueron bosque en el Amazonas son actualmente ocupadas para ganadería, y cultivos destinados a la alimentación animal ocupan una gran porción de las tierras restantes. Cerca del 20% de las áreas de pasturas y potreros, y 73% en áreas secas, han sufrido degradación en algún extremo, más que todo por excesivo pastoreo, compactación y erosión producida por la acción del ganado.

ATMÓSFERA Y CLIMA
Con el incremento de las temperaturas, aumento de los niveles de los océanos, y las variaciones de las corrientes marinas y patrones climáticos, el cambio climático es el reto más serio que enfrenta la humanidad.

El sector de la agroindustria animal juega un papel importante, ya que es responsable de la emisión del 18% de los gases de efecto invernadero, medido en su equivalencia a CO2. Esto representa emisiones superiores a las del transporte mundial.

El sector de la agricultura animal representa un 9% de las emisiones de CO2 producto del hombre. La porción mayor de estas se deriva de los cambios en el uso de los suelos especialmente de la deforestación- causado por la expansión de potreros y tierras arables para cultivos con destino a alimentación animal. La ganadería es responsable por porciones mucho mayores de gases con potencial mucho mayor para calentar la atmósfera. El sector emite 37% del metano emitido por el hombre (el cual tiene 23 veces la capacidad de calentamiento global [global warming potential, o GWP por sus siglas en inglés] del CO2), la mayoría proveniente de la fermentación entérica de los rumiantes. Emite 65% del óxido nitroso antropogénico (con 296 veces el GWP del CO2), la mayoría proveniente del estiércol. Los animales de producción son también responsables por casi dos tercios (64%) de las emisiones de amoniaco antropogénico, que contribuye de manera significativa a la lluvia ácida y a la acidificación de los ecosistemas.
Este elevado nivel de emisiones producido por el sector de crianza de animales de producción abre una excelente ventana de oportunidad para mitigar el cambio climático a través de acciones que tomemos tanto los individuos y gobiernos como el sector mismo.
AGUA
El sector pecuario juega un papel clave en el aumento del uso del agua, ya que representa un 8% del uso global humano de agua, más que todo para irrigar cultivos destinados a la alimentación de animales. Es probablemente la fuente sectorial más grande de contaminación del agua, contribuyendo a la eutrofiza-ción, zonas “muertas” en áreas costeras, degradación de los arrecifes coralinos, problemas en la salud humana, surgimiento de resistencia antibiótica y muchos más. Las principales fuentes de contaminación son de los desechos animales, antibióticos y hormonas, químicos de las curtidurías (tratamiento para producir cuero), fertilizantes y pesticidas usados en los cultivos para alimentación animal, y sedimentos de potreros erosionados. También afecta el reabastecimiento de agua dulce al compactar la tierra, reduciendo la filtración natural, degradando orillas de arroyos, y la contribución que hace a la defores-tación disminuye la absorción de los suelos, agravando las estaciones secas.

BIODIVERSIDAD
Estamos en una era sin precedentes de amenaza para la biodiversidad. La pérdida de especies se estima que es entre 50 y 500 veces más alta que los índices registrados en los registros fósiles. Quince de los 24 ecosistemas importantes se reporta que se encuentran en declinación.

Los animales de producción representan el 20% de toda la biomasa animal terrestre, y el 30% de la superficie terrestre que ocupan era una vez hábitat de especies silvestres. Así, el sector pecuario podría ser en efecto un jugador clave en la reducción de la biodiversidad, ya que es quizá el principal motor de la deforestación, así como uno de los principales respecto de la degradación de suelos, contaminación, cambio climático, agotamiento del recuso pesquero, sedimentación de las áreas costeras, y facilitación de introducción por parte de especies invasoras. Adicionalmente, conflictos por los recursos amenazan a especies de depredadores que se encuentran en -y cerca de- áreas ganaderas.