El hombre pidió dinero prestado para consolidar sus deudas. Su situación mejoraría, según sus cálculos. Pero lo cierto fue que empeoró y esto lo tiene estresado, frustrado, amargado... ¿tienes un diccionario de sinónimos a mano?.
La chica consiguió un empleo - no muy remunerado, pero algo es algo, sobre todo después de tres años enteros sin un trabajo fijo. Creyó que ahorraría una equis cantidad de dinero a fin de año, sin embargo, luego de seis meses y un par de decisiones estúpidas después, se dio cuenta de que no era tan fácil como había pensado.
Y así sucesivamente, se pueden citar muchos casos más de personas que se endeudan, invierten, casan, viajan, entre otras cosas, pensando que lograrían ciertas metas y por algún motivo, no lo logran.
En este punto, es bueno detenerse a meditar qué fue lo que pasó: si la estrategia no funciona, si no se dedicó suficiente tiempo a ello, si eso es realmente lo que uno quiere y otras consideraciones. A veces hay que cambiar de estrategia, tomar un descanso antes de seguir adelante, rodearse de gente positiva que sirvan de apoyo, buscar a un profesional, qué sé yo. Cada situación en particular tiene su manera de ser abordada y es la persona a quien le corresponde tomar las decisiones pertinentes.
Lo que uno nunca debe hacer es darse por vencido.