viernes, 18 de diciembre de 2009

Fin de clases - inicio de vacaciones.

Una vez que los niños y jóvenes presentan sus exámenes finales y comparten una fiesta de Navidad - o, más bien, de despedida de año - los pasillos de la escuela quedan vacíos y en silencio.

Los docentes nos enfrentamos a momentos de tensión, en los que tenemos que llenar documentos y entregarlos en una fecha determinada. Nos evalúan y una vez que ponemos un pie afuera del plantel... extrañamos a los muchachos.

Soñamos con las vacaciones, pero nos hacen falta los chiquillos, al menos, a mí; sin embargo, me pregunto si ellos me extrañan a mí y a los otros profesores.

La respuesta me llegó ayer, cuando una alumna china se acercó a mí y me abrazó con cariño. Me miró a los ojos para decirme que me extrañaría. Su hermana también me abrazó y preguntó si yo laboraría en esta escuela el otro año.

Bueno, al menos ellas se recordarán de mí.