miércoles, 18 de julio de 2012

El indio sin ombligo, un comentario.

Recientemente, tuve la oportunidad de leer EL INDIO SIN OMBLIGO, de Rafael Pernett y Morales, una historia acerca de unos indígenas que no tenían ombligo debido a un dantesco experimento de manipulación genética y los extraños sucesos acontecidos alrededor de los personajes principales.

Desde el primer momento, la lectura me atrapó, pues en el relato figura drama, acción y buen humor. ¡Sí, me reí mucho! Y también aprendí cuestiones relativas a la hermana provincia de Bocas del Toro, específicamente, de Changuinola, que solamente una persona que haya residido la suficiente cantidad de tiempo puede conocer y argumentar. Ejemplo de ello, la explicación relativa a los nombres y números de ciertas fincas, el uso que se le dio a la tierra durante la Segunda Guerra Mundial, el puré de banano, las locomotoras y la decadencia de Almirante luego del traslado de ciertas oficinas a Changuinola (con la apertura de la carretera Almirante - Changuinola).

Rafael Pernett utiliza muchos recursos para mantener el interés del lector, desde datos históricos verídicos hasta comentarios políticos;  desde explicaciones científicas hasta la descripción de ciertas percepciones, tabúes y estereotipos que la sociedad tiene acerca de las razas, ocupaciones y sucesos cotidianos.

Como lo del Jurite: la sociedad tiene la percepción de que los indígenas son flojos y que en las fincas bananeras (o en los altos donde se producen legumbres, como es el caso de mi tierra chiricana) los indios trabajan como animales pero en las comarcas no mueven un dedo aunque les paguen. Pernett aborda la cuestión de los indígenas pedigüeños (que usan a sus niños sucios y despeinados, de carita triste, para vivir de donaciones hechas por trasnacionales, fondos estatales y gente incauta) con mucho sentido del humor, sin herir sensibilidades.

El estereotipo de la mujer maltratada de hecho y de palabra, los sicarios, el marido engañado, los extranjeros propietarios de restaurantes... todo ello con una facilidad asombrosa, que me llevó a reflexionar profundamente sobre el entorno sociocultural y económico actual.

Felicitaciones a don Rafael y que nos siga entreteniendo con estos relatos, no por inverosímiles menos entretenidos.