domingo, 28 de septiembre de 2014

Niños y jóvenes desaparecidos.

Hace escasos meses, un hecho mantuvo en suspenso a la sociedad panameña: unas bellísimas jóvenes holandesas desaparecieron en las tierras altas chiricanas. Los medios de comunicación brindaron una cobertura detallada de los acontecimientos: la denuncia de desaparición, la búsqueda por el sendero por el que supuestamente se internaron, la colaboración de voluntarios (nacionales y extranjeros), la angustia de los padres de las muchachas, los relatos de la gente que las conoció... Desde Colombia hasta Costa Rica, desde el Caribe hasta el Pacífico, no hubo un panameño que no abrigara, en lo más profundo de su corazón, la esperanza que las chicas aparecieran (deshidratadas, debilitadas, pero vivas). Pero esta esperanza se esfumó cuando en un remoto paraje fueron hallados los restos mortales de las jóvenes, al lado de algunas de sus pertenencias.
 
Toda la sociedad se conmovió. ¿Qué fue lo que pasó? ¿De verdad las asesinó una fiera hambrienta? ¿O fueron víctimas de homicidio? ¿Cómo es posible que pasara esto? Los padres de las muchachas expresaron su inconformidad con la forma en que se manejó la investigación;  pero si hubo negligencia o no, eso solamente Dios lo sabe. De lo que sí estoy segura, es que las infortunadas chicas, Kris y Lisanne, no han sido las únicas que han desaparecido en circunstancias extrañas.
 
Todavía recuerdo el caso de una joven llamada Yesenia, estudiante de enfermería, que se internó en un callejón solitario y jamás apareció. Y una niña, Mónica Serrano, a la que su madre no ha vuelto a ver. Recientemente, un niño de nueve años del sector de Los Abanicos, también desapareció. Y el hecho más triste se dio recientemente en Changuinola, cuando una pequeña que había desaparecido de su hogar, fue hallada muerta, supuestamente, atacada por lagartos.
 
Niños, niñas, bebés, adolescentes y adultos jóvenes desaparecidos. Algunos de ellos jamás aparecen - vivos o muertos. A otros los hallan cruelmente asesinados. ¿Qué es lo que está pasando? ¿Porqué se está multiplicando la cantidad de gente joven desaparecida? ¿Quién está detrás de estos hechos deplorables?
 
Algunas chicas, simplemente, huyen de sus hogares. Demasiado rigor o demasiada libertad en su crianza, ambos extremos son malos. Ellas inevitablemente reaparecen luego de una angustiosa búsqueda por parte de sus progenitores. Pero aparecen.
 
También, existen personas con inclinaciones a la pedofilia que dan rienda suelta a sus fantasías y luego, para encubrir sus delitos, deciden asesinar a sus víctimas.
 
Finalmente, está el espinoso asunto del tráfico humano, gente joven a la que secuestran para obligarlas a prostituirse. Incluso, puede hablarse del tráfico de órganos, pero existen autoridades que rehúsan creer que esto exista, recuerdo haber leído un artículo en una publicación internacional, bastante seria, en la que se niega tajantemente esta posibilidad. Otras afirman que sí opera una mafia que asesina personas jóvenes para extraer sus órganos y venderlos en los países desarrollados, a personas con padecimientos crónicos.
 
En todo caso, la sensación de bienestar y de seguridad ha desaparecido. Cada quien teme por sí mismo y por sus hijos;  a más de uno le he escuchado decir que no se atreven a salir solos a la calle y de noche, mucho menos. Incluso gente sencilla, sin vínculos con pandillas, han sido víctimas de tiroteos y homicidios, confundiéndolos con terceras personas.
 
Es imposible que nos quedemos en nuestros hogares, confinados día y noche por temor a lo que pueda ocurrirnos fuera;  puesto que aun dentro de la casa corremos peligro de una bala perdida, o un atentado o la visita de un delincuente. Debemos dejar de confiar en nosotros mismos y doblar rodillas delante del Señor, que es el único que nos puede guardar de todo peligro y cubrirnos con la sangre de Cristo que venció a los principados y a las potestades en la cruz del Calvario.
 
Oremos por nuestras familias, vivamos bajo la bendición de depender de Él y no de nosotros mismos, como si el ser humano tuviera potestad sobre todas las circunstancias que acontecen en nuestra sociedad. "El temor del hombre pondrá lazo;  mas el que confía en Jehová será exaltado". Proverbios 29:25.