sábado, 10 de julio de 2010

Soy virgen... ¿algún problema con eso?

El sábado anterior al día del día del Padre, conocí a un chico que me pareció muy agradable y respetuoso en su trato hacia mí. Conversamos mucho y, tiempo después, conforme la confianza se establecía entre nosotros, me confesó que, a pesar de su edad (22 años) nunca ha tenido relaciones sexuales. Durante tres años tuvo una novia a la que quiso mucho, pero siempre la respetó. Él se siente avergonzado, porque en la compañía para la que trabaja, los demás se burlan de su condición.

Le contesté que la decisión de mantenerse puro hasta el matrimonio no tiene nada que ver con su hombría, ni con su valor como persona; además, lo felicité por mantenerse fiel a sus valores cristianos. Me sentí agradecida con Dios porque todavía quedan jóvenes que valoran la institución del matrimonio y se guardan durante el noviazgo.

Sin embargo, me preocupa el machismo de la sociedad en la que vivo. A este muchachito lo molestan en su empleo por ser virgen e incluso una secretaria de la compañía puso en tela de duda su masculinidad, todos los días le decía: eres gay, eres gay, eres gay...

Ahora comprendo porqué aquellos chicos que me parecían tan centrados de repente andan en cosas que riñen con la moral cristiana. Sencillamente, no soportan la horrible presión de una sociedad para la que un verdadero varón es el que se harta de alcohol, anda en promiscuidad sexual y de cada diez palabras que dice, tres son vulgares. Lo triste es que la mayoría de los programas de televisión, películas, canciones y publicidad alientan estas conductas, sin advertirle a los jóvenes las posibles repercusiones en su salud física y emocional.

Deberían inventar unas camisetas que digan: SOY VIRGEN Y QUÉ, para estos chicos y chicas que han decidido guardarse.

No faltará quien diga: pero, ya yo no soy virgen, ¿acaso se me debe juzgar por mis decisiones?. Y es cierto, cada quien actúa en su libre albedrío y no considero justo que se critique a la gente por sus actuaciones. Todos cometemos errores, confiando en las personas equivocadas.

Como dijo un prestigioso médico epidemiólogo de mi provincia (en cierta ocasión que fue a la universidad a orientarnos a los estudiantes acerca del HIV y enfermedades de transmisión sexual): el pasado quedó atrás, lo que cuenta son las decisiones que tomemos de hoy en adelante.

¿Qué has decidido tú?