martes, 6 de diciembre de 2011

Al cierre de un año lleno de ilusiones.

Hoy, martes 6 de Enero, a escasas semanas para que finalice el año, decidí hacer un alto en el camino y poner en la balanza las bendiciones que mi Dios me ha traído este año, en contraposición con situaciones difíciles a las que tuve que plantarle cara.


Desde el año pasado, que mi abuela se cayó en casa y se fracturó el brazo, notamos que su salud en general decayó. Ella, que siempre fue activa, ahora se pasaba prácticamente día y noche en cama, durmiendo, descuidando su apariencia física y evitando la conversación. Mi mamá y yo tuvimos que llevarla al geriatra, el cual ordenó múltiples reconstituyentes, los cuales le han ayudado, pero sigo creyendo que algo dentro de su ánimo se resquebrajó.


Es cierto que confronté situaciones difíciles en mi matrimonio, como casi desde el principio. Mi esposo se accidentó en el oriente chiricano, andando con sus compañeros del club de motociclismo. Me desgasté física y emocionalmente esos 12 días que estuvo hospitalizado y que le introdujeron metales en el brazo.


El Ministerio de Educación no me nombró este año. Peleé la permanencia en La Doradilla, pero, qué va, tenía un puntaje bajito y la maestra que estaba antes de mí sí lo logró. Me alegro por ella, porque es alguien que realmente se lo merece, mas yo tuve que volver a llenar solicitudes nuevamente y nada de nada. Incluso, me atreví a conversar con un miembro de la junta de selección de personal y me dijo lo mismo que a las demás que no tienen influencias: que escribiera mi nombre, especialidad y número telefónico en una lista y, de haber una vacante me llamarían. Jamás lo hicieron, como era obvio.


Por otro lado, perdí mi trabajo de tutora a fines de Marzo y tuve que arreglármelas con mis ahorros del año pasado y la ayuda financiera de mi mamá para salir adelante en los estudios. El postgrado en UNACHI no estuvo tan difícil, ni siquiera la práctica docente; pero no puedo decir lo mismo de Oteima, en donde los profesores eran más exigentes y solían poner más asignaciones semanales. Fueron meses de estrés, entre el trabajo doméstico y las tareas universitarias.


A veces veía cosas bonitas en los almacenes o el supermercado. Las miraba, las tomaba en mis manos, examinaba el precio... y las volvía a colocar en su sitio. No podía comprarlas. Sin embargo, no me duele haberme sacrificado en pos de mis estudios, porque ahora estoy cosechando los beneficios.


Por la gracia y la misericordia de Dios estoy trabajando en Oteima. Me dieron la oportunidad de dictar un curso de informática básica los sábados por la tarde, durante 10 semanas, así que la gloria sea para el Señor, que me hizo justicia.


De ISAE de La Chorrera, me enviaron el certificado de profesorado por medio del flete y pude registrarlo en el ministerio de educación, lo mismo que el de diversificada de UNACHI, lo cual me subió el puntaje, ahora estoy en 99. La otra semana, la UNACHI me entrega el diploma de postgrado en docencia superior, el cual también podré registrar.


En comparación con malas experiencias de muchos de mis compañeros del postgrado, los cuales practicaron con grupos malísimos, yo tuve el gusto de hacer mi práctica docente del nivel superior con un grupo muy bueno, el cual incluso se despidió de mí con obsequios entrañables y e-mails de agradecimiento. Conocí tanta gente agradable, hice amistades con profesores, estudiantes y compañeros.


El domingo sustenté mi última asignatura del postgrado de Oteima, solamente me queda pendiente sustentar mi proyecto final de graduación ante mis autoridades.


La salud de mi abuela ha mejorado y mi mamá se siente más animada ahora que estoy cerca de ella y la acompaño, como antes, al pago quincenal de su jubilación. Va para 70 años de edad, sin embargo, no sufre diabetes, ni presión alta, ni ninguno de esos males relacionados con el envejecimiento. Y está activa, que es lo más importante.


Con la ayuda de su suegro, Olmedo consiguió un auto nuevo. Bien para él, porque su añoso automóvil ya le daba la lata, después de largos 14 años de tenerlo (y éso, que era de segunda mano, eh). A Guillermo le detectaron una piedra en el riñón, mas la expulsó sin necesidad de cirugía.


Por medio del Facebook, me reencontré con viejas amistades. Y, a principios de año, visité la casa de mi amiga Ana Milixia en Guadalupe, luego de muchos años sin verla.


Así que, aunque tuve problemas y situaciones de desánimo, solamente me lamento de no haber adorado a Dios lo suficiente para expresarle mi gratitud por haberme sostenido en medio de la debilidad. Es un privilegio depender de Dios y abrirle la puerta del corazón a Jesús, para que el Espíritu Santo forme el carácter de Cristo en nuestras vidas.


En conclusión, estoy agradecida con el Señor, pues las victorias que yo obtenga, son suyas, como lo son mi vida y mi familia. ¡Gracias, Dios mío, por tu misericordia con que me has amado!

sábado, 5 de noviembre de 2011

Feliz cumpleaños, Panamá.

El jueves 3 de Noviembre se cumplieron 108 años de la separación de Panamá de Colombia. Como todos los años, hubo desfiles por las calles, manifestaciones folclóricas y un gran despliegue de seguridad. Niños, jóvenes y adultos vistieron sus mejores galas para rendir honor a la Patria, ante los ojos de las autoridades, incluso la Ministra de Educación, Lucinda Molinar, bajó del palco para intercambiar pasos con uno de los integrantes de una de las famosas bandas independientes.



Una vez culminados los desfiles del aniversario de separación y de Día de la Bandera, 4 de Noviembre, el pueblo colonense festeja hoy (tengo entendido que el 5 de Noviembre es libre para todo servidor público o privado de aquella importante ciudad, a diferencia del resto del país).



Al respecto, un periodista chiricano se dirigió hoy por la radio al público de mi provincia para comentar la importancia del papel desempeñado tanto por estadounidenses como de patriotas colonenses en la gesta separatista del 3 de Noviembre. Narra aquel locutor que consultó un libro en el que se testifica de la importancia que tuvieron las maniobras de quienes administraban el ferrocarril en el engaño y retraso del avance militar colombiano hacia la ciudad capital.



Luego, siguió contando acerca de la detención de los generales Tovar y Amaya, cómo el general Esteban Huertas cambió de bando y la intervención estadounidense a favor nuestro. El supuesto soborno a los militares colombianos, conspiración de asesinato en alta mar y el hecho de que el día 3 aún buena parte del territorio panameño seguía bajo control colombiano; cuestión que realza el 5 de noviembre como una fecha con la proclamación definitiva de la separación.



Es interesante observar cómo los historiadores hurgan en documentos añosos, algunos con escritura inenteligible e investigan tratando de esclarecer qué fue lo que en verdad ocurrió en acontecimientos históricos que damos por sentados y que no cuestionamos tal como nos lo presentan los libros. Algunos de ellos invierten bastante tiempo y considerables sumas de dinero con tal de confirmar o refutar una hipótesis acerca de un hecho histórico.



Imposible a estas alturas saber con exactitud cómo pasaron las cosas. Pero, independientemente de lo que aconteció - si de verdad hubo una mancha en las actuaciones de nuestros próceres o no - como panameña solamente sé una cosa: que cada 3, 4, 5, 10 y 28 de noviembre honramos a un país pequeño al que amamos con pasión y que se merece que cuidemos los recursos naturales (plantas, animales, suelo, aire y agua), que convivamos con respeto y tolerancia y que trabajemos con honestidad todos los días para hacer de él un lugar mejor.



Nuestros próceres merecen nuestro respeto, por cuanto ejecutaron decisiones que nosotros probablemente hubiésemos vacilado en tomar. Después de todo, ¿cómo reaccionaríamos en aquellas circunstancias?

martes, 18 de octubre de 2011

Más que victoriosos en Cristo Jesús.

El sábado, sustenté mi informe de práctica docente en el nivel superior, para obtener el título de Postgrado en Docencia Superior, en la Universidad Autónoma de Chiriquí. Me siento muy agradecida por la misericordia inmerecida de mi Señor y Salvador Jesucristo, quien proveyó todo lo que me hacía falta para cumplir con esta meta, desde hace tanto tiempo anhelada (esta carrera la había empezado en 2000, pero por falta de dinero, tuve que postergarla hasta enero de este año).

Desde el principio, Dios me abrió puertas de bendición, hasta las semanas de práctica en que incluso me correspondió un grupo bastante manejable y para nada problemático. Hasta la profesora de enlace resultó accesible, así que las alabanzas y la gloria sean para mi Señor.

Durante este año he vivido muchas situaciones de diversa índole, algunas difíciles, otras vergonzosas y algunas gratificantes, pero en resumidas cuentas, ha predominado lo positivo. Ha sido un tiempo de aprendizaje y de lucha, de esfuerzo y de dependencia de Dios, pero que ha resultado de superación personal, desarrollo intelectual e interpersonal. Ha sido una época de satisfacciones, de conocer a personas diferentes y de demostrarme a mí misma mi propia valía.

Así que, pongo este triunfo a los pies del Señor, deseando que los planes y propósitos de Dios se cumplan a través de este título universitario y que el reino del Señor se establezca en la vida de todas aquellas personas con quienes me relacioné.

Coincido con Rick Warren en que solamente seremos felices en esta tierra poniendo nuestros talentos al servicio del Señor y fluyendo en el servicio a nuestros hermanos cristianos y a los no creyentes por medio de los dones con los que Dios nos bendijo.

Espero, de todo corazón, que el Espíritu Santo nos ayude a determinar su visión en nuestras vidas y que así nuestras existencias estén plenas de Su Propósito.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Aldea global o Patio Limoso Global.

Cada vez que escucho a mis profesores de la universidad, orientados por el Ministerio de Educación, se repite el mismo discurso: que los educadores estamos brindando una educación incompleta, pues ni practicamos valores ni se los inculcamos a nuestros estudiantes. Que está bien enseñar teoría y práctica, pero que lo que más se necesita en este momento es la práctica de principios éticos, morales, cívicos, religiosos, ambientales...

Yo, influida por estos ideales, pienso de igual manera, pero qué difícil es cambiar el escenario de la nueva generación. Un escenario en el que nadie puede disentir de otra opinión sin insultar ni denigrar a la otra persona; donde la gente ha perdido su integridad al punto en que evaden el pago de sus deudas y se molestan si les cobran; donde los niños hacen lo que les venga en gana y sus padres se molestan con quienes les llaman la atención.

Al respecto, puedo relatar que tengo unos vecinos que no saben el significado de la palabra "convivencia": ponen música en alto volumen, sin importar la hora, nos han dañado la cerca - curiosamente, la cerca está intacta en los costados de los otros vecinos - permiten que sus hijos tiren piedras a nuestro techo, los adultos arrojan basura a nuestro patio y muchas veces en que he pasado por ahí, no me devuelven el saludo - supongo que son de la realeza británica.

Y no son los únicos. Hay otros, varias casas más arriba, de los que hay que cuidarse de no dejar ningún objeto mal puesto porque se lo roban y no hay fin de semana que no hagan ruidosas "fiestas" llenas de licor y música estridente. Los niños copian el modelo de sus padres y son respondones, groseros y les gusta tratar de introducir monedas extranjeras (colones costarricenses o dimes canadienses) en los comercios para tratar de estafar a los cajeros. Tienen perros bravos sueltos, que atacan a los transeúntes y les gritan improperios a quienes tratan de defenderse a puntapiés. Se roban la señal de televisión por cable y, aunque les suspendan el suministro de agua o de energía eléctrica por incumplimiento en el pago, ellos se las arreglan para obtenerla clandestinamente.

Se habla tanto de tolerancia, de convivencia pacífica, de una Aldea Global en la que todos colaboran por un fin común y yo pregunto, ¿no será esto una utopía, parecida más a la aldea de los pitufos que a la realidad del ser humano que, bíblicamente hablando, es de naturaleza perversa y desagradecida (Romanos 3:23)? ¿Será posible convivir en paz con nuestros semejantes aun cuando existan diferencias entre nosotros? ¿O estamos condenados a destruir con nuestros pies lo que nuestras manos con tanto sacrificio lograron?

Cuando estoy a punto de perder la fe en el ser humano y en anhelar estar en otro lugar, mi vecina - la del "lado bueno" - me llama para regalarle una planta a mi mamá. Su jardín ya no tiene espacio y esa heliconia roja se vería genial junto al mirto que nosotros tenemos hacia el frente... podemos quedárnosla si queremos, así, completamente gratis. Le agradezco por el gesto y miro la flor. Es realmente hermosa, igual que la tarde soleada que pasa desapercibida para quienes se enfrascan en sus afanes y no tienen tiempo de darle gracias a Dios por lo bueno. Y sí, sí vale la pena vivir un día más para cumplir los planes y los propósitos de Dios aquí en la tierra.

jueves, 28 de julio de 2011

El Legado de las Revoluciones.

A punto de finalizar este mes de Julio, en el que se conmemoró un aniversario más de las Revoluciones Francesa y Estadounidense, pienso en el tipo de legado que aquellos grandes filósofos y patriotas querían transmitir a las posteridad. No hay corazón que no se estremezca ante las palabras: "Libertad, Igualdad, Fraternidad", inmortales por su peso histórico y porque siguen siendo inspiración para las generaciones venideras.


En este año, en algunos países se han registrado protestas en contra de sus gobernantes, al punto de echarlos de su posición de autoridad, bajo graves acusaciones de corrupción y tiranía. Tal vez, a George Washington o a Maximilien Robespierre les habría parecido lógico que las masas humildes se rebelasen en contra de sus gobernantes... o tal vez no.


Habría que estudiar el contexto histórico en que ocurrieron aquellos eventos, tan ampliamente difundidos a través de una sucesión interminable de libros, documentales y películas (cómo no recordar "El Patriota", con Mel Gibson y Jason Isaacs) y reflexionar sobre las motivaciones que llevaron a los que hoy conocemos como grandes luchadores por la libertad y la justicia de sus pueblos, a tomar las decisiones que cambiaron el curso de la historia.


¿En verdad la libertad, igualdad y fraternidad era para todos, o solamente para los de clases más pudientes? ¿Igualdad para los hombres solamente y no para mujeres? Al igual que la democracia ateniense, que ha sido blanco de críticas por sus fallas - entre ellas, el pedante machismo - la revolución francesa ha sido duramente cuestionada por algunos revisionistas históricos que no digieren cómo un pueblo pudo someter a la guillotina a sus reyes.


Sin embargo, a pesar de que se cometieron terribles hechos durante estas revoluciones, que causaron la muerte de inocentes y culpables, yo considero que se puede extrapolar algo positivo de esto y es que, realmente, la gente del pueblo no debe tolerar abusos de sus gobernantes. Deben alzar sus voces de forma respetuosa y tolerante y proponer alternativas de solución a los problemas, sobre todo, oponerse a todo tipo de injusticia y opresión, educándose, trabajando honradamente y cumpliendo sus deberes cívicos y patrióticos.


Es difícil hablar de cultura de paz y del respeto a la opinión ajena en estos tiempos en que nadie valora la tolerancia. Alguien expresa públicamente su punto de vista sobre cualquier asunto e inmediatamente otra persona le lleva la contraria con los insultos más denigrantes. No está de moda la sinceridad respetuosa, ahora la gente te dice: "es que yo soy muy directo" como una excusa para decirte groserías. Nadie pierde un minuto de tiempo escuchando opiniones contrarias, porque las ven como una amenaza y no meditan en que tal vez la otra persona tenga razón. Nadie quiere admitir sus errores, lo consideran una muestra de debilidad.


Nos queda un largo camino por recorrer, educando a las nuevas generaciones para que sepamos convivir en una sociedad cada vez más intolerante. Sería bueno empezar por cambiar nosotros mismos, dándoles a las palabras Libertad, Igualdad y Fraternidad el sentido correcto.

viernes, 24 de junio de 2011

Violencia en David.

Nací el 26 de Agosto de 1976 en la mágica ciudad de David, cabecera de la provincia chiricana. Mi infancia transcurrió feliz, entre el tiempo de clases en el pueblo de Volcán, durante la temporada lluviosa y las vacaciones en mi ciudad natal, a lo largo de la estación seca. En realidad, los recuerdos veraniegos acumulados durante mi niñez hablan de las altas temperaturas características de David, paseos de fin de semana a un curso natural de agua cerca del Colegio Francisco Morazán y una que otra visita al muelle de Pedregal, a mirar los barcos. Y, sobre todo, mucho viento, especialmente en Enero.


La delincuencia existe desde que el primer hombre, Adán, pecó y nos heredó una naturaleza humana contraria a la voluntad de Dios, por eso, pienso yo, lo malo se aprende fácilmente y lo bueno es difícil de practicar. Sin embargo, la sociedad se ha corrompido de una manera terrible de unos cuantos años a esta parte. Por ejemplo, ya mi familia no considera sensato pasar una tarde dominical en Puerto Pedregal, pues temen a la delincuencia.


Pero, ¿será que no existían maleantes cuando mi mamá y mi hermano íbamos a Pedregal? Absurdo, igual que suponer que antes no se contaminaba el riachuelo que pasa por el Morazán. Antes, uno se bañaba en cualquier río, ahora están secos debido a las hidroeléctricas o con el cauce disminuído y súper contaminado, arriesgándose uno a que le salga una erupción cutánea, o recibir un disparo de un pandillero. Y cada día aumenta el número de urbanizaciones, nos estamos quedando sin agua, sin árboles, sin animales.


Un reconocido periodista chiricano se quejó en el noticiero de Ramón Cano Mojica de que el centro de David por las noches está plagado de hombres que se prostituyen, al punto en que lo comparó con "la 4 de Julio" de la capital. Y no solamente eso, tiroteos con víctimas fatales, tráfico cada vez más lento, encarecimiento de la vida, inseguridad, violencia doméstica y muchas otras cosas que antes eran ocasionales, ahora son el pan de cada día. Pregunto: ¿qué le pasó a mi David?


Sin duda alguna, el aumento demográfico agravado por la triste situación de personas que abandonan sus pueblos y emigran a David para obtener un empleo, es uno de los detonantes, aparte de la tan cacareada crisis de valores, de la que mucho se habla, pero poco se hace, porque nadie parece interesado en cambiar su estilo de vida o admitir que quizá se equivocó en algo. Después de todo, si empiezas a dar un consejo diciendo "la Biblia dice..." la gente te mira como si fueras uno de esos fanáticos locos que inducen a la gente a suicidarse o cosas peores.


Los problemas sociales no tienen una única solución lineal y no existe una panacea para acabar con la escalada de violencia, narcotráfico y contaminación por la que atraviesa la provincia chiricana. Pero creo con sinceridad que cada uno puede y debe poner un granito de arena cambiando su manera de pensar y actuar, pidiéndole al Señor la fortaleza para ser tolerante con los demás y teniendo la valentía de ser diferente.

lunes, 2 de mayo de 2011

Tiempos de Prosperidad.

Leí recientemente uno de los libros del archifamoso autor estadounidense Wayne Dyer, La Fuerza de Creer, en donde afirma que si una persona está convencida que merece poco o nada, pues eso es justamente lo que obtendrá. Si, por el contrario, esa persona considera que merece todo, pero procura conseguirlo aprovechándose de los demás (robándoles, estafándoles, usando cosas ajenas sin permiso del dueño, utilizando a los demás para obtener sin dar nada a cambio) cosechará escasez.

Nunca había analizado las cosas bajo ese punto de vista. Ahora comprendo porqué personas que conozco viven en la derrota, producto de malas actitudes que se reflejan en conductas y en lo que expresan verbalmente.

Un ex-colega tenía una mala suerte horrible, es el tipo de individuo que compra un circo y al día siguiente comienzan a crecer los enanos. A pesar de tener muchos años de experiencia como educador de primaria siempre andaba pidiendo dinero prestado - por supuesto, sin intención de devolverlo - y procurando que otros hagan el trabajo que le correponde hacer. Al principio, me di a la tarea de escuchar su frase habitual, de que el dinero no le alcanza, que tiene muchos problemas y que los demás no le comprenden. Pero luego reflexioné sobre sus actitudes y me di cabal cuenta que estas cosas (que hay gente que lo han estafado en ciertos negocios que ha emprendido y el hecho de que muchas puertas se le han cerrado: a pesar de poseer una buena casa, no ha logrado venderla) le han ocurrido porque él mismo le pagó mal a otros (principalmente, colegas) que le ayudaron con un corazón sincero.

Otro conocido, a quien felizmente tengo tiempo que no veo, también pasa apuros para pagar la pensión de sus cuatro hijos - abandonó a su esposa por otra y, a su vez, esta rompió con él - y para saldar sus deudas. Le debe dinero a la casera y a una "novia", como él las llama, que le prestó una fuerte suma de dinero para ayudarlo. Tiene 37 años y aún no se ha vuelto a casar... sin embargo, a mí no me sorprende, porque es malagradecido con quienes le tendieron la mano (les contesta en tono desagradable, critica su presencia física o lo que llevan puesto y no se muestra dispuesto a hacer el mínimo favor a quienes se sacrificaron para ayudarlo). Vive solo para el momento, creyendo en marcas de ropa, zapatos y perfumes caros y utilizando las mujeres para que le den sexo y dinero, sin importarle un bledo con sus sentimientos.

Como persona empática, traté de escucharles cuando ambos se quejaban conmigo de lo mal que la vida los trata. Pero al poco tiempo, noté que yo misma tenía en mi boca frases suyas: "no puedo", "estoy alcanzada hasta el fin de mes", "no puedo darme ese lujo", "el dinero no me alcanza". Me di cuenta con horror, que el dinero se me escurría como aceite de las manos por el simple hecho de aceptar en mi mente una actitud de escasez y derrota. Estaba tan enfocada en lo que me hacía falta que vivía con el fantasma de las vacas flacas acechándome. Así que comencé a evitarlos y negarme a escuchar sus lamentaciones - pues, oh sorpresa, tampoco aceptaban mis sugerencias para cambiar sus vidas.

De manera tal que, como afirma el doctor Dyer en sus excelentes publicaciones, una persona orientada a la abundancia hace afirmaciones positivas todos los días ("lo lograré", "soy una persona victoriosa", "Dios me ha bendecido", "alcanzaré mis sueños"), lee libros o escucha testimonios de personas que siendo de condición modesta han alcanzado gran prosperidad en sus vidas y, sobre todo, se rodea de gente con mentalidad positiva que le animen a lograr sus metas.

En conclusión, no debemos hacer caso de las personas con mentalidad negativa, ingratos con Dios y con el prójimo, que buscan aprovecharse de otros y que no dan gracias a Dios por lo que tienen en vez de quejarse por lo que les falta. Si tenemos un consejo a mano para que logren revertir su mala situación, sería bueno hablarles de eso. Pero si se niegan a escuchar, lo mejor es encogerse de hombros y seguir nuestro camino de abundancia y prosperidad.

martes, 22 de marzo de 2011

La despedida a un grande.

El sábado por la tarde escuché la noticia que había fallecido el político panameño Guillermo Ford (1936-2011). Me sentí impactada, pues no esperé que su cita con el destino llegase así, tan de repente, sin embargo, me fue inevitable recordar...

Mi mente me transportó a fines de los años ochenta, cuando el equipo conformado por Guillermo Endara, Ricardo Arias Calderón y Guillermo Ford (apodado "Billy" y también "Gallo ronco", debido a que era uno de los fundadores del partido político Molirena - cuya bandera exhibe un gallo - y poseía un timbre de voz algo grave) ganó las elecciones a la presidencia, en pleno régimen dictatorial del General Noriega. Los grupos leales al régimen salieron armados de varillas de hierro y otras barbaridades a atacarlos, a Endara le dieron en la cabeza, lo que motivó su inmediata hospitalización y a Ford lo hirieron de tal manera, que su camisa blanca quedó manchada de sangre. Y esa foto le dio la vuelta al mundo, sensibilizando a las demás naciones acerca de la triste situación por la que pasábamos los panameños en aquel entonces.

Más de veinte años después, yo no soy la única que recuerda. Estuve observando por televisión el sepelio de Ford y jamás esperé que tantos panameños acudieran a sus honras fúnebres. Decenas y decenas de personas abarrotaban las calles arrojando flores al carro del benemérito cuerpo de bomberos que transportaba sus restos por las calles de la capital. Muchos de ellos portaban pañuelos blancos y sonaban pailas, como en los tiempos en que la Cruzada Civilista protestaba en contra de las arbitrariedades del régimen de turno. Gritaban aquella famosa frase que Billy Ford popularizó: "Esta cosa se acabó!" (refiriéndose a la dictadura militar) e incluso algunos exhibieron sus añosos pañuelos con las consignas de aquel tiempo.

Independientemente de las convicciones políticas de cada uno, nadie puede negar que Ford fue un hombre valiente, que le plantó cara a un régimen opresor durante una de las noches más negras de nuestra historia patria, un hombre con principios e ideales. Prueba de ello, a la misa de cuerpo presente acudieron los ex-presidentes de oposición, el Dr. Ernesto Pérez Balladares y Martín Torrijos Espino, quienes haciendo gala de gran caballerosidad, resaltaron las cualidades del finado ante las cámaras periodísticas. También, la ex-presidente Mireya Moscoso y la viuda del finado ex-presidente Endara, Ana Mae Díaz lucían profundamente conmovidas.

Probablemente, don Billy nunca imaginó a cuántos corazones tocó con su trayectoria y sus ideas. Tal vez nunca creyó que el día de su sepelio habrían tantos coterráneos llorando y recordándolo tal como lo que fue: alguien que sirvió bien a su patria. Pero si estoy segura de algo, es que debemos ser agradecidos con las personas que nos sirven en vida y no esperar que la muerte silencie sus voces para entonces manifestarles nuestra gratitud.

martes, 1 de marzo de 2011

Un puntapié a la lechuza.

En el noticiero de ayer, el público pudo observar de qué manera un futbolista propinaba un puntapié a una lechuza que, por algún motivo había aterrizado en el campo de juegos, hecho ocurrido en el hermano país de Colombia. Hoy, me enteré de que el animalito murió.

El jugador de fútbol parecía compungido cuando ofreció sus disculpas ante los medios de comunicación por su acción; sin embargo, todo el mundo se enteró de esto y lo condenaron fuertemente, inclusive, algunos querían agredirlo físicamente.

La artista Solinca, hoy considerada amiga y protectora de los animales, al ser entrevistada por un periodista local, repudió la acción y dijo con toda claridad que este hecho reflejaba la profunda crisis de valores, no solamente a nivel de la persona que cometió este hecho, sino en toda la sociedad panameña. Yo, como una opinión personal, estoy de acuerdo con Solinca.

En todo el mundo, el tráfico de animales silvestres es un negocio que representa la muerte o cautiverio de miles de criaturas que no tienen culpa alguna de los perversos designios del hombre. Se extraen partes de sus cuerpos con fines "medicinales" u ornamentales, en tanto que otras pasan el resto de sus miserables existencias lejos de sus hábitats naturales, separados de sus familias, atados o encerrados, presos sin haber cometido ningún delito, como es el caso de los loros, guacamayas, tucanes, periquitos y otras aves.

Y los animales domésticos no se la tienen más fácil. Creo que existen muchas personas que tienen mascotas, pero no deberían poseerlas, pues no se preocupan por alimentarlas, procurarles atención veterinaria o asearlas como debe ser, sino que las golpean y maltratan.

Los animales no nos critican, ni nos dan consejos que no hemos pedido, ni conspiran en contra nuestra. Nos aceptan tal como somos y se ganan nuestro cariño con su belleza e inteligencia.

Amémoslos y cuidémoslos, pues son la creación de Dios, al igual que este mundo que salió de Su mano de artista.

martes, 8 de febrero de 2011

Panamá libre de minería.

Escuché el rumor de que la mina de cobre en Cerro Colorado es la tercera más grande del mundo. Se dice que los pueblos nativos que habitan esa zona - los ngöbe-buglé - están divididos: unos a favor de la explotación de la mina (debido al desempleo y al preocupante nivel de pobreza y abandono en que se encuentra la Comarca Ngöbe-Buglé) y otros en contra (porque ven comprometido el legado de sus hijos con tierra, aire y aguas contaminados, animales extinguidos y bosques arrasados).

Ayer hubo una reyerta terrible en la que la policía arremetió contra manifestantes que habían obstruído la vía interamericana a la altura del cruce de San Félix; dejando un saldo de varias personas heridas y algunos otros fueron apresados. Y en la ciudad capital, la cosa se puso seria cuando los ambientalistas, sindicalistas y manifestantes en general intentaron entrar a escuchar el debate de la Cámara Legislativa sobre las reformas al Código Minero (vigente desde 1975, según tengo entendido)y les fue negado el paso.

Definitivamente que un código legal tan añoso debe ser reformado, pero la población en general reclama cada vez mayor participación para expresar su punto de vista - casi siempre en contra, porque los seres humanos nos resistimos a los cambios.

Por otra parte, es difícil hallar una solución que satisfaga a todos (ricos, pobres, mineros, habitantes del lugar, ambientalistas). Da miedo que lugares tan prístinos queden contaminados con cianuro y otras barbaridades; pero también preocupa el desarrollo socioeconómico y cultural de nuestro país, tan en atraso, porque rechazamos los cambios y nos negamos a evolucionar a otro nivel de conciencia.

Pienso que las partes involucradas deben ser tolerantes y escucharse sin insultarse, sin violencia, sin trampas, sin estira y encoge, pues eso no conduce a nada positivo. Si la explotación minera beneficiará a la mayoría del país, bienvenida sea. Pero si es el primer clavo en el ataúd de seres humanos, animales, bosques y demás recursos naturales, mientras unos poquitos amasan fortunas sobre la explotación de unos pobres mineros, entonces podemos hacer un alto en el camino y preguntarnos si vale la pena.