sábado, 25 de septiembre de 2010

La Semana del Libro.

Hasta ayer, estuvimos celebrando en el plantel donde me desempeño como educadora, la Semana del Libro, con un despliegue de talentos en muchas áreas. Los jóvenes participaron de concursos de dibujo, de declamación, de ortografía y de lectura mecánica y comprensiva, todos ellos, alusivos a la fecha.

Más allá de ganarse un pergamino y una mención honorífica durante el acto cívico de los lunes, se busca que la juventud panameña (pésima lectora) cobre interés en la lectura de libros que sean de provecho para sus vidas. Que no voltee los ojos en blanco cuando se le manda a leer algo para extraer de ahí un resumen, o plasmar en un escrito lo que comprendió del mismo.

En una era de Internet y audiovisuales, se dice que es obsoleto comprar enciclopedias. Como resultado de ello, la gente joven no quiere leer. Los mando a leer un artículo y me dicen que no entienden nada. Que les explique. Que eso está muy complicado. No saben hacer mapas conceptuales ni extractos. La mediocridad aflora, no solamente al no efectuar las pausas y leer incorrectamente las palabras (por no mencionar que desconocen el significado de muchas de ellas, pero les da pereza buscarlas en el diccionario. Para eso está la maestra, para que les explique... ), sino en unas pésimas caligrafía y ortografía, mapas conceptuales sin palabras de enlace o cosas mal hechas. No hay calidad.

Qué diferencia de cuando yo era niña y en el ambiente en que me crié no había Internet, ni computadoras, ni celulares, ni televisión a colores. De hecho, mi casa era de madera y se usaba letrina, tanto en casa como en la escuela. Aparte de los animales que vivían con nosotros y mis muñecas, lo único realmente divertido para pasar las tardes lluviosas era viajar... con los libros. Libros de Ciencias Naturales, de Historia, de cuentos.

Qué entretenido leer sobre los parásitos, la clasificación de los vientos según su velocidad y efectos, el cuento del penitente de la otra vida y la historia de la antigua Roma, contada por José Cosmelli Ibáñez. Mirar las fotografías de vacas deambulando por las calles indias y, con nueve años de edad, asombrarme al leer que esos animales eran sagrados. Sobre todo, el libro de Biología de mi hermana, que me hizo entender, en un segundo grado de primaria, la diferencia entre organismos unicelulares y multicelulares.

Pero, bueno, los tiempos cambian y hay que adaptarse. También me parece un crimen que a un niño se le atosigue con tanta letra cuando existen otros recursos a los cuales acceder. Sin embargo, no se trata de eso, se trata de que ame la lectura como una herramienta poderosa, no solo para el estudio, sino para su entretenimiento y su desarrollo como persona.

Los conocidos míos que han viajado a Europa y Japón, me cuentan luego que a esa gente le gusta leer. No sé si es verdad. Pero, por algo ellos están adelantados y nosotros seguimos haciéndoles los mandados.

En todo caso, lo mejor es que a los chicos se les limite el tiempo que pasan frente al televisor o la computadora (cosa bien difícil si mamá y papá trabajan y los críos quedan bajo la supervisión de alguien ajeno a la familia) y se les inculque el hábito de la lectura comprensiva a nivel familiar. Por ejemplo, una revista o libro corto se leen entre todos en un lapso de una semana y luego discuten las ideas principales.

Miro los niños maltratando los libros y negándose a reflexionar sobre ellos cuando los leen. Pienso: oye, qué lástima. No saben lo que se pierden.

domingo, 29 de agosto de 2010

Disturbios en Bocas del Toro.

Al ver por televisión las imágenes de los hechos acontecidos en la hermana provincia de Bocas del Toro a fines del mes de Julio, no pude menos que dolerme de lo que pasó.

Personas que perdieron la visión de uno o ambos ojos, gente temporalmente secuestrada, panameños que murieron y grandes pérdidas económicas por los destrozos materiales: automóviles quemados y comercios destruidos y saqueados. Esto, sin mencionar las condiciones en que quedó el aeropuerto y los bancos de la localidad, llenos de piedras y con las ventanas hechas añicos.

Es muy triste esto último, porque Bocas del Toro se había posicionado firmemente como uno de los lugares con mayor atractivo turístico, pero luego de haber vivido ese clima de inseguridad y haber visto las condiciones en que quedó el aeropuerto, es normal que los extranjeros desistan de su empeño de visitar esa provincia.

¿Cómo pasó esto? Ninguna de las partes asume la responsabilidad. Nuestro gobierno culpa a los sindicatos y los sindicatos satanizan al gobierno. ¿A quién se le cree? ¿Quién tiene la razón?. Yo creo que no se trata de tener la razón, porque ambas partes la tienen, hasta cierto punto.

El pueblo ve con malos ojos a los movimientos populares liderizados por gremios como FRENADESO, SUNTRACS y los sindicatos que surgen de sectores largamente oprimidos por parte de las clases privilegiadas (fincas bananeras y productoras de caña de azúcar), pero, lo cierto es que sin estas luchas, no se habrían alcanzado beneficios para la gente pobre en todas las áreas: salud, educación, alimentación, vivienda, entre otras. Sin una voz valiente que señale los errores de nuestros estadistas, estaríamos a merced de legislaciones inconvenientes para los intereses de la mayoría. El problema es cuando las cosas se salen de control y comienza el vandalismo y el oponerse a todo lo que los gobiernos de turno hagan, sea bueno o malo.

Por otro lado, no me cabe en la cabeza que TODA la "Ley Chorizo" sea mala y que nuestros gobernantes hayan obrado de mala fe al imponerla. Ciertas personas que saben de leyes entresacaron algunas cosas positivas que contiene dicha ley y la presentaron a los medios de comunicación masivos para el conocimiento de los afectados. Sin embargo, coincido con algunos periodistas en que nuestros gobernantes, luego del desastre de Bocas del Toro, deben tomar estos hechos como una oportunidad para eliminar los métodos para reprimir multitudes con perdigonazos y plantearse nuevas alternativas para el control de multitudes que no deje padres de familia discapacitados de por vida.

Pienso que ambas partes deben proceder con cordura y con respeto, recordando siempre que no son el centro del universo y que con comunicación se puede lograr mucho. Como bien lo señaló Benito Juárez, "el respeto al derecho ajeno es la paz".

miércoles, 21 de julio de 2010

La Oración de Intercesión.

El domingo pude ir a la iglesia y, a pesar de encontrarme debilitada por la fiebre, pude rescatar una lección del pasado que ya tenía olvidada: el poder de la oración de intercesión.

El pastor nos decía que es muy importante dedicar buena parte del tiempo de oración a interceder por personas que no pueden o quieren acercarse a Dios para transformar sus vidas conforme a su voluntad.

Con tanta preocupación por las tareas cotidianas descuidamos lo que más importa: que el Señor permite que vivamos para que le sirvamos a los demás y establezcamos su reino en la tierra. Nos concentramos en nuestros propios problemas y al presentar peticiones referentes a las situaciones que nos turban, olvidamos orar por los enfermos, deprimidos, pobres, los gobernantes de las naciones y muchas otras cosas que son de gran estima ante los ojos de Dios.

Al orar por otra persona o grupo, hay que tener en cuenta que nuestro Dios escucha y da respuesta a las peticiones de gente que mantiene su humildad. Cuando leemos los libros de Daniel, Esdras y Nehemías, nos percatamos que, a pesar de que eran justos y obedientes a Dios, no señalaron a los demás como los malos de la película. Confesaron y pidieron perdón por sus propios pecados, los de su familia y los de la nación entera, reconociendo en todo momento la santidad del Señor y la debilidad suya como seres humanos.

Así que, no me resta más que exhortar a mis hermanos en Cristo que no dejen de orar por todos los seres humanos de este planeta, sin olvidarse de que somos humanos y fallamos.

sábado, 10 de julio de 2010

Soy virgen... ¿algún problema con eso?

El sábado anterior al día del día del Padre, conocí a un chico que me pareció muy agradable y respetuoso en su trato hacia mí. Conversamos mucho y, tiempo después, conforme la confianza se establecía entre nosotros, me confesó que, a pesar de su edad (22 años) nunca ha tenido relaciones sexuales. Durante tres años tuvo una novia a la que quiso mucho, pero siempre la respetó. Él se siente avergonzado, porque en la compañía para la que trabaja, los demás se burlan de su condición.

Le contesté que la decisión de mantenerse puro hasta el matrimonio no tiene nada que ver con su hombría, ni con su valor como persona; además, lo felicité por mantenerse fiel a sus valores cristianos. Me sentí agradecida con Dios porque todavía quedan jóvenes que valoran la institución del matrimonio y se guardan durante el noviazgo.

Sin embargo, me preocupa el machismo de la sociedad en la que vivo. A este muchachito lo molestan en su empleo por ser virgen e incluso una secretaria de la compañía puso en tela de duda su masculinidad, todos los días le decía: eres gay, eres gay, eres gay...

Ahora comprendo porqué aquellos chicos que me parecían tan centrados de repente andan en cosas que riñen con la moral cristiana. Sencillamente, no soportan la horrible presión de una sociedad para la que un verdadero varón es el que se harta de alcohol, anda en promiscuidad sexual y de cada diez palabras que dice, tres son vulgares. Lo triste es que la mayoría de los programas de televisión, películas, canciones y publicidad alientan estas conductas, sin advertirle a los jóvenes las posibles repercusiones en su salud física y emocional.

Deberían inventar unas camisetas que digan: SOY VIRGEN Y QUÉ, para estos chicos y chicas que han decidido guardarse.

No faltará quien diga: pero, ya yo no soy virgen, ¿acaso se me debe juzgar por mis decisiones?. Y es cierto, cada quien actúa en su libre albedrío y no considero justo que se critique a la gente por sus actuaciones. Todos cometemos errores, confiando en las personas equivocadas.

Como dijo un prestigioso médico epidemiólogo de mi provincia (en cierta ocasión que fue a la universidad a orientarnos a los estudiantes acerca del HIV y enfermedades de transmisión sexual): el pasado quedó atrás, lo que cuenta son las decisiones que tomemos de hoy en adelante.

¿Qué has decidido tú?

domingo, 20 de junio de 2010

La Fiebre Mundialista ya llegó!!!

Cuatro años después, la fiesta mundialista llega a nosotros. Un evento que involucra - y entusiasma - a la gente de todo el mundo, sin importar nacionalidad, etnia, color de piel, escolaridad, edad, sexo, nivel social o cultural: la Copa Mundial de Fútbol!.

Cada persona, aun cuando no sea un fanático(a) incondicional del fútbol, tiene su equipo favorito. Se hacen apuestas, se preparan incontables platillos étnicos "para celebrar la victoria" de x o y selección, la gente se congrega en lugares públicos, compran camisetas y placas decorativas para vehículos...

¡Es una locura! ¡Es una fiesta! ¡Es una fiebre! ¡Es una moda! Es... guerra. Ya escuché que a algunos jugadores y técnicos los han amenazado de muerte por no obtener los resultados esperados. Todavía recuerdo el trágico caso de Andrés Escobar, cuyos compatriotas afirman que él era todo un caballero y buena persona, y no obstante, ese autogol selló su sentencia de muerte.

Las pasiones se desbordan, sin embargo, no hay que olvidar que es un deporte bonito y no hay que llevar las cosas al extremo.

sábado, 5 de junio de 2010

La Fidelidad es un valor... impracticable?

Una profesora que nos impartía clases sobre Andragogía mencionó cierto domingo que la fidelidad es un valor. Volteé a mi alrededor y vi las risitas de mis compañero(a)s, pero tuve que confesar que la profesora tenía razón.

Un valor. Como la honestidad, la fe, el amor, la cooperación, la solidaridad, la verdad y tantos otros que la gente valora pero no practica... o sí.

¿Cuántas parejas fieles quedan en la Tierra? Imposible saberlo. Sin embargo, la fidelidad conyugal tiene muchas ventajas: brinda estabilidad a la unión matrimonial, se evitan enfermedades de transmisión sexual, pero sobre todo, se evitan decepciones.

Decepciones como las de una joven a la que llamaré Magnolia. Su esposo la engañó, así que decidió pagar con la misma moneda. Se topó con un sinvergüenza que se aprovechó de ella y aunque se salvó del HIV, lo cierto es que quisiera volver el tiempo atrás para no haber tomado esa decisión tan estúpida.

Magnolia está arrepentida, ¿lo estará su esposo?. Quien sabe. La gente se traga sus lágrimas a solas, sin muchas veces tener a alguien a quien contarle sus fracasos, porque, sin importar bajo qué circunstancias ocurrió el adulterio, la sociedad entera lo condena y juzga con severidad a quien falló a sus votos.

Ahora, no es mi intención condenar - ni ensalzar - a las personas que fallan, pues todos estamos expuestos a la tentación, que solamente Jesús venció en todas las formas. Solamente deseo exhortar a la sociedad entera a que retomemos nuestros valores y los practiquemos con la ayuda de nuestro Señor y Salvador, que nos sostiene en medio de tribulaciones, necesidades y pruebas.

sábado, 22 de mayo de 2010

Amnesia para lo que nos conviene.

No recuerdo dónde leí que bienaventurados son los que dan sin recordar y reciben sin olvidar. Ni siquiera sé si estoy citando correctamente, pero el asunto es que el autor desea plasmar lo siguiente: tenemos que aprender a dar sin echarle luego en cara a la gente los favores y, a su vez, tener la humildad para aceptar ayuda de los demás y no pagar mal por bien.

Cuántas veces no hemos hecho favores, pequeños y grandes y luego sentimos que esas personas después no quieren ni dirigirnos la palabra, y más, cuando prestamos dinero. Nos esmeramos en ganarnos el cariño y el respeto de los demás y muchas veces lo que hacen es hablar mal de nosotros a nuestras espaldas.

Como también, quedamos haciendo lo mismo y no somos agradecidos con nuestra familia y amigos. Nuestras madres nos cargaron nueve meses en el vientre y sufrieron dolores espantosos para darnos a luz y, sin embargo, no les damos el lugar que se merecen en nuestros corazones.

El esposo irrespeta a la esposa y viceversa. El hijo(a) no honra a sus padres, como también hay padres y abuelos que abusan de sus hijos. Un mal vecino echa a perder todo lo que parecía una buena vecindad. Un mal compañero de trabajo o estudios malogra los buenos esfuerzos e intenciones del grupo. Y así por el estilo.

Pero, no tiene porqué siempre ser así, ¿verdad?. Sí, podemos cambiar. Podemos ser mejores, solamente tenemos que proponérnoslo y hacer algo diariamente para alcanzar la meta de ser más agradecidos con quienes nos rodean.

lunes, 3 de mayo de 2010

Violencia en Panamá.

La semana pasada, observé con sumo dolor una estadística que se publicó en uno de los periódicos de circulación nacional, en la que aparecían los nombres de personas que fueron asesinadas en el mes de Abril, sus edades y la forma y provincia en que perecieron. Me pareció atroz cuando leí que uno de mis compatriotas murió descuartizado.

Recordé los viejos tiempos en los que un homicidio era noticia en Panamá. La gente se indignaba, pero no había ese ambiente de inseguridad que se vive ahora, incluso en las zonas rurales y semirurales de mi precioso país.

¿Qué fue lo que pasó? ¿No se supone que Panamá es una tacita de oro? ¿Dónde quedan los días en que la opinión pública se conmovía ante un asesinato? ¿Quién tiene la culpa... si es que hay alguien a quien culpar?

Es difícil saber hasta dónde se acaba tu responsabilidad y empieza la mía; pero más que criticar o echarle la culpa a algún sector de la sociedad o a los gobernantes de turno, yo prefiero seguir con mi postura pacifista y exhortar a las personas que me rodean a que sigan conduciéndose con honestidad, generosidad y buenas intenciones. Después de todo, todos los seres humanos somos responsables de dejar un mundo mejor del que encontramos al nacer por medio de nuestras buenas actitudes y actuaciones, procurando agradar a Dios.

Y hay quienes han cometido acciones repugnantes, sin embargo, Dios en su misericordia quiere perdonarles y restaurar sus vidas para que no sigan más esos caminos de perdición, sino que sean modelos de pensamiento y conducta.

Lo que he dicho antes, lo repito ahora: Todos podemos ser mejores.

viernes, 19 de febrero de 2010

Pronto comienzan las clases, ¿estás listo?

Luego de semanas y semanas levantándose en las mañanas un poquito más tarde de lo normal, a los estudiantes de mi país les llegó el momento que rehuían vivir: el fin de las vacaciones correspondientes a la temporada seca del año. El inicio de clases está a la vuelta de la esquina.

El gobierno de Ricardo Martinelli prometió cierta ayuda a los padres de los estudiantes, sin embargo, los gastos que vienen (en transporte, meriendas, materiales que pida la maestra o el profesor y otros) son tremendos, ya que corresponden a nueve largos meses de estudios.

Y, parece mentira, pero el regreso a clases por parte de niños, adolescentes y estudiantes universitarios mueve una gran cantidad de recursos humanos y materiales: los autobuses colegiales y los contratos de taxi, los restaurantes y quioscos, las librerías, zapaterías, almacenes de ropa y sastres, los centros de fotocopiado e Internet y, no podían faltar, los centros populares para corazones solitarios (y, a veces, no tan solitarios).

La educación panameña es gratuita y obligatoria, así que, yo exhorto a los estudiantes que aprovechen muy bien el tiempo, ya que los maravillosos años de la juventud no regresan jamás. Sean obedientes a sus padres y maestros, no se metan en camisas de once varas y prepárense para el futuro sin dejar de gozar sanamente el presente.

A mis colegas, que también aprovechemos bien el tiempo, el dinero y todos los recursos, hagamos bien nuestra labor, como dice en la Biblia, sirviendo no al ojo como los que no conocen a Dios, sino con diligencia como si fuese al Señor al que estuviéramos sirviendo.

A mis autoridades, que sigan ayudando a las clases marginadas y siempre se preocupen por beneficiar al pueblo panameño que le dio el voto de confianza, jamás oprimiéndonos.

Dios te bendiga, pueblo panameño.

sábado, 6 de febrero de 2010

Llorando por Haití.

A casi un mes del terrible terremoto que asoló a la hermana nación de Haití, me puse a pensar que los seres humanos somos ingratos con Dios. En Panamá lo tenemos todo y sin embargo, nos quejamos. Si estamos en medio de un tranque, nos quejamos. Si los vecinos hacen ruido por las noche, más quejas. Si la presión de agua potable disminuye durante los fines de semana, un rosario de quejas. Buscamos el mínimo pretexto para reclamarle a Dios lo miserables que nos sentimos y nos atamos a nosotros mismos pensando negativamente y vertiendo expresiones de derrota acerca de nuestra familia, país y de todo lo que nos rodea. No nos extrañe si transcurre toda una vida y no vemos realizadas nuestras metas personales...

Cada testimonio de quienes vuelven de la zona del desastre es desesperanzador: niños y niñas huérfanos, enfermedades, caos, inseguridad, muerte, dolor. Rescatistas que trabajaron duro solamente para darse cuenta que las personas ya habían fallecido. Amputaciones y otras cirugías sin suficiente anestesia o analgésicos. Pero sobre todo, hambre, mucha hambre e inseguridad en las calles. La noche cae, mejor quédate quieto en tu casa. Y ni así tienes garantía de nada.

Todo gobernante tiene la obligación de atender las necesidades de su pueblo, sin peros ni excusas. Para ello, sus pueblos los eligieron, ¿no te parece?. Ni el presidente de Haití o de Panamá pueden eludir semejante responsabilidad y deben tener la habilidad de ver cómo hacen para dar respuesta a las necesidades de sus pueblos. Pero, por favor, no esperemos que hagan magia. Y, en vez de quejarnos por todo, demos gracias a nuestro Dios por darnos el privilegio de la vida, la salvación en Cristo Jesús y pidámosle al Espíritu Santo que nos dé la sabiduría para hacer de este mundo algo mejor.

martes, 19 de enero de 2010

Las delicias del mar, a tu alcance.

Hace dos semanas, estuve de paseo por la playa y aunque mi piel sigue del mismo color (por el montón de bloqueador solar que utilicé) la verdad, es que me relajé al máximo, realmente, necesitaba cambiar de ambiente.

Supe que el primero de enero la playa de Las Lajas, en el Distrito de San Félix, estuvo llena a más no poder - lo mismo que la mayoría de las playas en todo el país, todos los años.

La gente vuelve renovada, alegre, con quemaduras en su piel por la exposición al sol, con un poquito menos de dinero de lo usual (y algunas, completamente ebrias). Y así ocurre todos los años.

Más allá de gastar plata o de comer pescado con limón, ¿qué es lo que impulsa a tantos panameños a visitar la playa, acompañados o no de sus familiares?. Será la sensación de libertad que brinda el mar. Será el azul intenso del cielo. Será las supuestas propiedades curativas de las sales y el calor del sol. Será recoger conchitas y caracolitos... o simplemente, como te mencioné al principio, cambiar de ambiente.

Pero, sin importar el motivo que nos impulse año tras año a visitar la playa durante la temporada seca, lo cierto es que debemos ser celosos del cuidado de nuestros recursos hídricos. Nada de arrojar basura, verter aguas negras, asesinar o maltratar los animales marinos ni de extraer arena indiscriminadamente de las playas. De lo contrario, las generaciones futuras no podrán disfrutar de aquello que a nosotros sí se nos dio el privilegio.